miércoles, 19 de septiembre de 2007

Bases para un modelo propio de Servicio Social Universitario * (Carlos Sozzani)

Desarrollaremos a continuación algunas observaciones realizadas en base a las experiencias en curso hasta la actualidad, que pueden aportarnos a perfilar un modelo propio de Servicio Social.

- Todos los estudiantes de la educación superior prestarían el servicio antes de graduarse, por períodos de seis meses a dos años, de acuerdo al tipo de práctica. El impacto que el Servicio Social debe lograr en la formación de los estudiantes y en la estructuración misma de la universidad (contemplada en sus tres funciones: docencia, investigación y extensión) tendrá mayor intensidad si este se instituye promediando la formación del estudiante o al menos a partir de haber completado un 75% de la misma, y no una vez egresado. En cuanto a los egresados, podría establecerse una tutoría (rentada) por parte de los mismos, que aborde tareas de coordinación y acompañamiento de prácticas de Servicio Social.

- De preferencia se trataría de enviar a los prestadores del servicio a las regiones más desfavorecidas del país (rurales y urbanas) y, de ser posible, integrados en equipos interdisciplinarios, de manera que las comunidades que los reciban se beneficien en los campos de la educación, salud, medio ambiente, urbanismo, asesoría jurídica, y administrativa, etc. Por trabajo interdisciplinario no queremos decir: “… un equipo dirigido por un biólogo, por ejemplo en el que actúan como colaboradores secundarios químicos, estadísticos o economistas, ni tampoco un estudio múltiple de los distintos aspectos del problema hecho por varios especialistas que trabajan cada uno por su cuenta. El primer tipo de estudio es en realidad monodisciplinario y el segundo multidisciplinario. El ‘inter’ indica un grado de organización y amplitud mayor: los distintos aspectos discutidos en común por especialistas de igual nivel en las distintas disciplinas para descubrir interconexiones e influencias mutuas de esos aspectos, y para que cada especialista aproveche no sólo los conocimientos, sino la manera de pensar y encarar los problemas habituales en los demás.” (1)

- El Servicio Social debería ser parte integral del currículo, merecer los créditos académicos que correspondan y considerarse como una etapa de aprendizaje formativo, que permita a los estudiantes integrar sus conocimientos, ponerse en contacto con la realidad y aprender a trabajar en equipos interdisciplinarios. Esto es, el proyecto de Servicio Social se convierte en un espacio de aprendizaje, el territorio en su escenario -que sustituye al aula- y los problemas planteados por los territorios en el eje temático que permite diseñar un proyecto y servicio, que contribuye al cumplimiento de dos de los aspectos fundamentales del Servicio Social: la formación y la retribución social.

- Si el Servicio Social debe ser rentado o no es una discusión compleja que deberá resolverse atendiendo a la necesidad de no distorsionar el sentido solidario y formativo de esta práctica, al mismo tiempo que deberá garantizarse la manutención, hospedaje, movilidad, etc. de aquellos estudiantes que participen de grandes unidades de prácticas, fundamentalmente aquellas alejadas de sus residencias habituales.

- La manera óptima de prestar el servicio sería en el marco de una coordinación entre la universidad, organismos estatales y actores sociales que permitan la planificación participativa. El Servicio Social no sólo cumple una función en cuanto al proceso formativo de los estudiantes, sino que también tiene una fuerte incidencia en la relación entre la universidad y las necesidades nacionales, con lo cual no debe fragmentarse esta potencialidad como herramienta modeladora que permita avanzar hacia la conformación de un verdadero Sistema Nacional de Educación Superior, basado en la planificación y la acción coordinada, que favorezca la complementariedad de los esfuerzos y la asociatividad en programas conjuntos, evitando las duplicaciones y superposiciones innecesarias, y fortaleciendo las instancias de articulación. Superar el voluntarismo y la dispersión de esfuerzos llevados adelante desde cátedras y programas es el imperativo.

- Los estudiantes, antes de partir a brindar su servicio, deberían recibir talleres de capacitación que aseguren su mejor desempeño y adaptación al sitio donde serán destinados.

- Deberá excluirse del diseño cualquier concepto paternalista y considerar el Servicio Social Universitario como una comunicación de doble vía entre los prestadores del mismo y la comunidad, que genere un mutuo enriquecimiento. Así se aseguraría su carácter formativo y transformador.


(1) O. Varsavsky, Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1969.

* Este texto forma parte del trabajo “EL SERVICIO SOCIAL UNIVERSITARIO COMO VECTOR DE TRANSFORMACIONES”, de Carlos Sozzani, diciembre de 2006.

martes, 11 de septiembre de 2007

“La autonomía no se debe confundir con soberanía” (Página 12, 11 de septiembre de 2007)

El diputado Cantero Gutiérrez explica su proyecto para reemplazar la Ley de Educación Superior. Propone eliminar el arancelamiento y vincular la universidad con las necesidades nacionales.

Por Julián Bruschtein

El debate para modificar o reemplazar a la actual Ley de Educación Superior (LES) ya incluye propuestas de diferentes actores e instituciones del sistema universitario. En la Cámara de Diputados, el peronista Alberto Cantero Gutiérrez (FpV), ex rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto y ex presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), presentó un proyecto en el que “se prohíbe lisa y llanamente el arancelamiento de las universidades nacionales”, se destina el 6 por ciento del presupuesto nacional al sistema universitario y se vincula a las casas de estudios con las necesidades del país, mediante un marco normativo “menos reglamentarista” que el vigente.

–La gratuidad de las carreras de grado fue vulnerada por la ley vigente: ¿está contemplada en su propuesta?

–Esta ley plantea la derogación de la anterior. Por supuesto que la educación debe ser gratuita, está perfectamente claro en el proyecto, lisa y llanamente se prohíbe el arancelamiento en las universidades estatales. Pero el estudiante debe responder a la gratuidad de la enseñanza asumiendo su comportamiento académico, porque la universidad tiene que ser gratuita, pero no gratarola. Si se están usando fondos públicos para garantizar que los jóvenes no sean discriminados por falta de recursos, la contraparte es que tengan rendimientos académicos acordes con la posibilidad que se les brinda.

–¿Su proyecto modifica el marco ideológico inherente a la LES?

–Una universidad nacional siempre tiene que generar un conocimiento y una propuesta comprometida con el desarrollo del país. Fundamentalmente, ponemos la educación superior como la herramienta central que tenemos: la inteligencia al servicio del desarrollo. Antes no era así, se la veía como un insumo profesional con un concepto mercantilista y ahora la proponemos como una inversión estratégica donde reconocemos que la inteligencia que necesita el país está en las universidades. Por eso las financiamos y les pedimos que se integren a la sociedad y al país. Por ejemplo, en la ley se plantea que en cinco años las universidades se pongan a combatir el analfabetismo. Es un ida y vuelta.

–¿Cómo sería la regulación del sistema de las universidades?

–En el proyecto se plantea un artículo con disposiciones transitorias, en donde se debe hacer un acuerdo a cinco años entre el Ministerio de Educación y todo el sistema universitario para su aplicación, que permita su transformación en relación con las necesidades del país. En ese lapso se caminará hasta llegar a ligar un seis por ciento del presupuesto nacional para el sistema de educación superior. Planteamos que por cada dos millones de pesos que tiene la institución debe comprometerse a entregar a los gobiernos con los que se relacione un programa de desarrollo educativo, académico, etc., que le sirva a la comunidad con la que interactúa. Las universidades se tienen que comprometer a graduar no menos del 50 por ciento de los jóvenes que reciben.

–En cuanto a las formas de elección de autoridades, ¿qué método propone?

–Desde el punto de vista de la organización interna planteamos que los mecanismos de elección sean directos y participen los cuatro actores: docentes, no docentes, estudiantes y graduados. Pero tiene que haber un nivel de ponderación que asegure el 50 por ciento de la representación para los docentes. Si queremos formar ciudadanos responsables, participativos y solidarios, tenemos que crear estructuras que reflejen estos conceptos. Pero también se plantea la carrera docente, a la que se ingresará por concursos de oposición y antecedentes, pero se mantiene la estabilidad en el cargo a través de un informe anual de desempeño y su avance en capacitación, investigación, etcétera.

–¿Qué se haría con la polémica Comisión de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau)?

–A la Coneau le cambiamos la orientación. En la ley se consolida la autonomía, pero la autonomía no debe confundirse con soberanía. En ese marco planteamos la autoevaluación en el marco de la autonomía y la evaluación a cargo de la sociedad. Pero cambiamos conceptualmente lo que se evalúa: los planes de desarrollo estratégico que tiene cada institución universitaria, que deben hacerse en el marco de los lineamientos que dé el Consejo de Universidades que conduce el Ministerio de Educación. Cada universidad tendrá las necesidades particulares de cada región, en el marco de autonomía que se garantiza, pero cumpliéndolo. Lo que se evalúa es cómo se va cumpliendo ese plan de desarrollo. Creemos que a partir de la jerarquización del CIN y de los consejos regionales se puede generar una mayor integración de las universidades en el desarrollo del país. El tema de las consultorías por ejemplo. Muchas veces tenemos grandes inversiones orientadas por excelentes consultorías, pero que están vinculadas conceptualmente al negocio financiero transnacional y no a la necesidad de desarrollo integrado del país.

martes, 4 de septiembre de 2007

CARTA ABIERTA A LAS AGRUPACIONES ESTUDIANTILES UNIVERSITARIAS (Aritz Recalde)

Luego de leer, escuchar y ver el comportamiento de las agrupaciones estudiantiles en el contexto de la renovación de las autoridades de la UNLP, no puedo dejar de percibir que gran parte de las cuestiones que se debaten y se repiten entre las agrupaciones, en casi todos los casos (hay excepciones) se debaten teniendo, pareciere, poca o ninguna noción de lo que se está discutiendo. Es más, diría que si uno observa la historia de las agrupaciones estudiantiles en el siglo XX y XXI (terminamos de escribir un libro que pueden leer), pocas veces encontraremos la superficialidad, falta de compromiso con el país y la desconexión con la aguda crisis social actual, como el que está atravesando parte del estudiantado. Se discuten las proporciones de las representaciones, la mayor o menor autonomía, se cierran universidades por un consejero…. Siempre desde posiciones sectoriales, nunca fuera de la arcaica y furibunda noción de la “autonomía” en su vertiente más conservadora: “UCR izquierdista”. A veces y a contrapelo de las épocas trascendentes del movimiento estudiantil, da la sensación de que los estudiantes suponen que la universidad es de ellos y aquí nace el problema: error, compañeros, la universidad es de quien la financia o sea, del pueblo; no de un grupo de estudiantes o de empleados del Estado (o sea, docentes y no docentes). Aquí nace el error (que de última pueden o no compartir conmigo); pero, lo que es peor, su justificación denota una inmensa ignorancia de los temas tocados. No sólo que no se discute prácticamente la función social, económica y cultural de la universidad, sino que además —y en estas disputas secundarias— sobre el dinero ajeno (o sea, sobre el presupuesto universitario que paga la gente) se dice cualquier cosa.

Voy a comentar solamente algunos temas, que creo, son un síntoma de la crisis política y de formación actual del movimiento estudiantil. Para hacer de mi planteo un esquema “operativo” voy a llamar a los argumentos esgrimidos por algunos estudiantes y agrupaciones bajo el término “zonceras”; haciendo de paso, alusión a nuestro queridísimo Arturo Jauretche, que bien conocía de estos temas de las inocentes desviaciones izquierdistas de la juventud.

1. Zoncera 1: todo lo que tenga que ver con la Ley de Educación Superior es sinónimo de entreguismo, traición a la patria y dios sabe cuántas otras cuestiones se repiten. Realmente luego de escuchar este planteo no puedo más que desarrollar una hipótesis: nadie leyó la LES o en su defecto, la leyeron pero no entendieron nada (un punto intermedio sería que se la contaron mal).

Yo hace mucho que estoy planteando la necesidad de otra ley (vean, si no, mi propuesta). Ahora bien no me confundo y le echo la culpa de la crisis universitaria al abstracto “neoliberalismo” “Banco Mundial” y no se cuántos fantasmas más que sintetizaría la “infame LES”.

Desde acá va mi hipótesis número 2: la LES actual es más progresista que el funcionamiento concreto de las universidades. Voy a ejemplificar mi argumento con el propio discurso y exigencias del estudiantado. Por ejemplo y sólo para mencionar lo que esta “infame ley” permitiría (y de hecho lo permite y voy a nombrar algunos casos):

a. Permite crear CONSEJOS SOCIALES con participación comunal, de organizaciones sociales o económicas o sindicales de la región (ver Estatuto Universidad de Quilmes).

b. Desarrolla la noción de Consejos Regionales de Planificación Universitaria para vincular la universidad con el sistema educativo en su totalidad (lean la lista de los CEPRES de la Secretaría de Política Universitaria).

c- Permite implementar la ELECCIÓN DIRECTA de autoridades (ver Estatuto Río Cuarto).

d- Permite la PARTICIPACIÓN CON VOZ Y VOTO DE LOS NO DOCENTES (ver Estatuto Universidad de Quilmes).

e- Permite el ingreso de la sociedad y sus organizaciones a los consejos de gobierno (ver estatuto General Sarmiento).

f- Permite implementar el “CLAUSTRO ÚNICO DOCENTE” (ver estatuto de la Universidad de Rosario).

O sea, estudiantes, no se necesita derogar la LES para tener otra universidad…, ¡qué ingenuidad! No se engañen con las teorías liberales de la época de Rivadavia que sostienen que las leyes “educan a los hombres” y que una ley “progresista” (con más “autonomía”) terminará con la corporación. No, muchachos, no le pasen la culpa a los “de afuera”: el cuco está dentro. Y no son tan villanos los que escribieron la LES (que tiene muchas cosas de liberales socialdemócratas antinacionales, estoy de acuerdo en eso) y por el contrario, FUE PEOR EN MUCHOS CASOS SU IMPLEMENTACIÓN DE LO QUE ERA LA LEGISLACIÓN. Por eso cuando culpan a los “casi terroristas” que adecuaron los estatutos a esa ley, el problema no fue adecuarse, sino que el tema fue que se tomó lo peor y no se implementó lo que servía. En definitiva la universidad siguió tal cual era desde 1975: una corporación de espaldas al país, adecuados o no los estatutos. La UBA “combativa”, que resistió y no “se entregó” a la LES, ¿es progresista con el estatuto de la época de Aramburu-Frondizi? Es igual de corporativa que otras que sí se adecuaron. No, estudiantes, la culpa no era simplemente de la LES. Muchachos, ajusten la puntería, lean, discutan, pero con más fundamentos; no repitan las parcialidades de la corporación.

Otra parcialidad que nace de la ignorancia de las agrupaciones está relacionada con la repetición del “supuesto de que el neoliberalismo quería cerrar la universidad pública” y todo lo que se hizo en 1990 a la actualidad lo operó el “Fomec y el BM”, etc, etc. ¿Saben cuántas universidades públicas se abrieron entre 1989 y el 2001? 11 universidades sobre las 38 existentes. O sea, casi un 30 % de las universidades estatales argentinas se abrieron en este período caratulado “por querer cerrar la universidad”. Piensen, compañeros, la primer universidad (Córdoba) se abre en 1613. Hasta 1988 existían 27 universidades, lo que deja un promedio de una universidad abierta cada 13 años. En menos de 15 años se abrieron 11.

Piensen, muchachos, el tema es más complicado, no repitan por costumbre. El neoliberalismo vino por el petróleo, la soja, el ahorro o las empresas públicas, la universidad la negoció en el Pacto de Olivos con la UCR PJ: era el costo de la clase media para renunciar a las luchas nacionales. No busquen el malo afuera, es la salida facilista.

2. Zoncera 2: deroguemos la CONEAU, otro “monstruo del FMI o el BM” (y desde 2003, también de Kirchner).

a. Antes de negar, de “me opongo a todo”, ¿saben, muchachos, qué es “acreditar” una universidad? ¿Nadie debe hacerlo?, ¿está mal planificar la creación de carreras desde el Estado? (o sea, con el conjunto de ministerios y dependencias públicas). No se trata de negar, sino de decir qué CONEAU queremos o, si no, pasen esta función a la universidad para que sigan abriendo carreras desconociendo la necesidad del país o para que medicina de la UNLP siga con los negocios de los laboratorios.

b. ¿Saben qué es evaluar? Por ejemplo, muchachos, que un funcionario de la UBA no se robe los 200 millones de pesos y nos enteremos 4 años después que no le pagó a nadie. Que el pueblo sepa en qué gasta su dinero: esto es progresista, estudiantes, no es tema del BM solamente. ¿De dónde sacaron que hay que derogarlo? El planteo “me opongo a la evaluación” es absurdo y lleva, por ejemplo, a que terminemos con la SIGEN, con la AGN, con el Tribunal de Cuentas y que cada funcionario público haga del dinero de la gente lo que se le ocurra. ¡Buena idea! ¡Que el gato cuide la sardina!

El debate no es derogar la CONEAU. Es un disparate. El tema es: ¿qué tipo de acreditación necesita el país?, ¿qué hay que evaluar? Ese el debate.

3. Zoncera 3 (a los “estudiantes de izquierda progresistas”): “los estudiantes no tenemos representación en relación a los docentes”. Perfecto, muchachos, comparto el diagnóstico. Pero les hago una pregunta: ¿quién representa a los 38 millones de argentinos en la universidad? (sepan que a la universidad pública van aproximadamente 1,3 millones de argentinos o sea, solamente el 3,4% de la población tiene este privilegio). ¿Los representan solamente los electores del 3,4 % de la clase media? ¡Qué bueno: un gobierno de blancos izquierdistas que les maneja el presupuesto a las masas (que votan en los partidos “permeables al poder” e irracionales) y que bloquea la universidad para obtener más participación de uno u otro sector de la institución! ¡Qué progresista la izquierda estudiantil, que plantea que en el siglo XXI hay que sostener la autonomía conservadora (que es distinto a la democracia y el protagonismo estudiantil) para que no se meta el “poder y el mal gobierno” adentro! Interesante teoría que parte del supuesto de que la mayoría popular es ignorante y que los blancos de la universidad merecen cerrarse al resto de las políticas públicas y a las elecciones que hace la sociedad. Me suena un poco racista e iluminista la cosa: si realmente siguen pensando así, que el problema de representación para la distribución del gasto público es tema sólo de alumnos, ¿por qué no proponen que en el Congreso Nacional participen sólo los universitarios?

Sería bueno, estudiantes de “izquierda”, que lean a Lenin, Trotski, a Mao o Fidel y que se imaginen su opinión de esta lucha verdaderamente “revolucionaria” de la juventud en los países pobres: un consejero más en el consejo de la isla democrática. No les voy a comentar la respuesta: se cae de madura, muchachos. ¿Realmente creen que un consejero más en todas las facultades modificaría la corporación?, ¿que ese es el debate de la “democratización”?

Desde ya que comparto una democratización entre los miembros de la universidad, pero la verdadera democracia es la capacidad de que las casas de estudios le sirvan a la gente y ese es el rol primordial del estudiante de izquierda o que se considere nacional: combatir por alcanzar la función social de la universidad para la liberación nacional. Primero está el país y luego los intereses sectoriales, que no por importantes, son los únicos.

4. Zoncera 4: La política salarial de los docentes universitarios del gobierno de Kirchner es “neoliberal” ¡y hasta asesina! Es increíble, estudiantes; no se sentaron ni 5 minutos a estudiar la política salarial universitaria del gobierno y es por eso que no solamente dicen que es “neoliberal”, sino que además no solo oprimiría a universitarios sino que también Filmus con esta infame explotación docente ¡¡mató a Fuentealba!!

¿Sabían muchachos que si uno toma el piso salarial de los docentes universitarios del año 1987 (momento más alto de los últimos 30 años) tenemos que el salario actual en valores nominales es el más alto que haya existido? ¿Saben que se recompuso el salario desde 2003 y superó por varios números la inflación post devaluatoria? Es más, me atrevo a decir que en gran parte de los casos ni siquiera saben cuánto ganaba un docente en el año 2003 y cuánto ahora.

Les voy a tirar algún número (solamente los extremos de la escala: lean al anuario 2005 del portal de la Secretaría de Política Universitaria: ¡¡¡lean!!!).

Escala salarial docente, Sueldo Bruto con Antigüedad promedio (los datos son al año 2006: hay que sumarle un 20% más).

DEDICACIÓN CARGO AÑO 2003 AÑO 2006

Exclusiva Titular 1.995, 4.438
Exclusiva Ayudante 1.282, 2.890
Semiexclusiva Titular 721, 1.780
Semiexclusiva Ayudante 458, 1.216
Simple Titular 259, 725
Simple Ayudante 138, 490

Aproximadamente el 50% de los docentes tiene dedicación simple.
Aproximadamente el 30% de los docentes tiene Dedicación exclusiva y semi exclusiva.
El 70% del gasto es en personal.

De acá se pueden concluir varias cosas. Primero, que el gobierno de Kirchner no es adverso al aumento salarial de los docentes universitarios y que les aumentó más del 100%. Segundo, que hay una asimetría entre el 30% de semi y exc. a la mayoría del 50% que tiene categoría simple (cada universidad decide su política salarial por ley).

En definitiva, apoyo fervientemente la lucha por el aumento salarial (de hecho soy profesor y milito en ADULP), particularmente para las categorías más bajas (incluyendo los “ad honorem”). Ahora bien y pese a eso, no es correcta la apreciación de que este gobierno tiene una política salarial “neoliberal” (realmente y para ser sincero, es una verdadera pavada). El problema del país no es que el gobierno explote docentes, no, el drama en cualquier caso, es que garantiza un marco político para los negocios de varias trasnacionales (Repsol o Techint). Afilen la puntería, muchachos: este gobierno está lejos de no querer pagarles a los docentes; es una apreciación parcial e injusta.

Luego de estas notas les paso mi opinión sincera: no me preocupa tanto la ignorancia de los militantes; al fin de cuentas, ya sabía que los años noventa calaron hondo y eso se arreglará con el tiempo, para eso milito. Lo que verdaderamente me preocupa es ver que en otros gobiernos: los estudiantes y docentes se opusieron a Irigoyen por ser “peludo y autoritario”; a Perón, porque era “fascista”; a Frondizi, por el debate de “la libre o laica”, y marcharon contra Illia por “triplicación de presupuesto” (y por ser una “tortuga”: “Illia Perete gorila y alcahuete”). O sea, los estudiantes y su autonomía siempre fueron punta de lanza para enfrentar a la democracia y favorecer a que entren las dictaduras (Uriburu, Aramburu y Onganía: tres políticos promovidos por los “estudiantes”). Esta gris antología de hechos “revolucionarios de izquierda”, contaría con dos excepciones dignas de mencionar: 1918 y 1973. Regresemos a ellas muchachos, sin anteojeras y a conciencia.

Mi propuesta es fácil:
1. Lean antes de hablar: hay información en esta página (http://www.isepci.org.ar/) y les recomiendo el anuario 2005 de la Secretaría de Políticas Universitarias.

2. ¿Cuál es mi propuesta para otra universidad? (vean mi texto para otra LES). Pero además les adelanto, desde mi modesta opinión, algunos temas que creo prioritarios:

- PRESUPUESTO PARTICIPATIVO en centros de fotocopiado y buffet (el centro es de todos los estudiantes, no de una agrupación particular).

- PARTICIPACIÓN CON VOZ Y VOTO EN LOS CONSEJOS DE LA “SOCIEDAD” QUE FINANCIA la universidad.

- Vinculación directa entre el CONICET, SECYT, etc. y los programas ministeriales.

- SERVICIO SOCIAL OBLIGATORIO para estudiantes y egresados.

- VOLUNTARIADO PERMANENTE.

- AUDIENCIAS PÚBLICAS.

- SUMAR AL PROMEDIO EL 0,20 % al estudiante que participe en proyectos de extensión.

- Desarrollo de una “SECRETARIA DE PLANIFICACIÓN ECONÓMICO-SOCIAL” en todas las universidades.

Como es mi costumbre, mi retórica es un poco ácida; pero no es nada personal, solamente busco favorecer el debate.

Saludos militantes y pese a las diferencias que tengamos espero que nos siga reuniendo la convicción de que debemos construir otra universidad.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El interés nacional y popular (Miguel Talento) *

Comienzo diciendo algo ya sabido: Juan Domingo Perón lideró una etapa de integración social y de distribución de poder político, material y cultural para las grandes mayorías, inédita en la Argentina. Y en ese sentido, la huella del peronismo también se imprimió en el incremento de la matrícula universitaria y en la eliminación del sistema de restricciones vigente hasta entonces.

Pero, además le planteó a la universidad la segunda apelación más importante del siglo pasado (la primera, claro, fue la Reforma de 1918): la integración con el interés nacional y popular.

Es imposible desconocer que en la educación superior se desarrolló duarente la primera presidencia de Perón un consenso contrario al que imperaba en el país y que generó no pocas fricciones. Sin embrago, 15 años después (a comienzos de los años70), diferentes factores confluyen en un enorme movimiento de masas que se definió por el polo que lideraba Perón.

En este contexto, se genera una nueva expresión del peronismo universitario que alcanza, por primera vez, legitimidad universitaria a través de las elecciones que se fueron ganando sucesivamente. De hecho, yo mismo lideré la FULNBA en esos años.

Y es importante decir que -una vez retornado del exilio- Perón fue cuidadoso de la situación de la educación superior. De hecho, aún en el conflicto que mantenía con la izquierda de su movimiento, conservó en la universidad un espacio de negociación abierto. Sus hombres para la educación y la universidad fueron: Rodolfo Puiggrós, Vicente Solano Lima, Luis Agoglia, Jorge Taiana, entre otros. Todas estas, condiciones que se modificaron con su muerte, hoy hace 30 años.

(*) en Diario La U, jueves 1 de julio de 2004